El próximo 3 de noviembre de 2013 tendrá lugar un eclipse de Sol híbrido. Este fenómeno ocurre solo diez ves por siglo. El eclipse comenzará a las 12:47 UT. Como siempre se aconseja tomar las precauciones necesarias para observarlo. Nunca se deben mirar de forma directa los eclipses solares ya que se pueden ocasionar daños irreversibles en la visión.
Desde donde se verá el eclipse de sol del 3 de noviembre
Este eclipse será visible desde Europa, costa este de Norteamérica, África, Medio Oriente y norte de Sudamérica.
¿Qué es un eclipse híbrido?
Un eclipse híbrido se produce cuando existen cambios en la sombra que se proyecta en la Tierra. Para explicarlo más sencillamente, son eclipses que se perciben como anulares o totales (solo en la parte eclipsada) dependiendo del lugar geográfico en el cual se encuentre el observador. Es decir, el observador A situada en X lugar geográfico puede ver un eclipse anular mientras que otro ubicado en otro sitio ve totalmente negra la superficie del Sol ocultada por la Luna.
¿Cómo se observan los eclipses solares?
Nunca se debe mirar directamente un eclipse solar ya que provoca daños irreversibles en la visión. Si se utilizan dispositivos ópticos como telescopios estos deben contar con la protección correspondiente. Es importante verificar la procedencia de las protecciones como por ejemplo, gafas para ver eclipses o discos beader para utilizar con los telescopios ya que estos deben contar con las homologaciones pertinentes como muestra de que es un producto fiable.
Método más seguro para observar un eclipse solar
El método más seguro para observar un eclipse solar es mediante la técnica de proyección. Se toma un papel grueso y en el centro se realiza un pequeño orificio. Por ese pequeño punto, debe pasar la luz solar y proyectarse sobre una superficie lisa. Ya que es allí en donde se verá el eclipse.
La forma más segura de ver un eclipse solar con un telescopio es proyectando la imagen sobre una superficie lisa. Para ello, el telescopio no debe tener el ocular y se debe apuntar hacia el sol (nunca hacerlo mirando a través del telescopio) para que la luz que sale se proyecte en una superficie.