La NASA advierte que el satélite UARS podría caer en las próximas horas en territorio canadiense, africano y australiano.
El satélite tiene el tamaño de un autobús y pesa 5.675 Kg. Cuando ingrese a la atmósfera se espera que se divida en veintiséis partes. Sin embargo, los cálculos afirman que la posibilidad que un trozo de desperdicio espacial cause la muerte a una persona es realmente baja.
Es muy difícil determinar el lugar exacto de caída porque cualquier pequeña variación en la trayectoria supone una diferencia de más miles de kilómetros.
La caída del UARS estaba prevista para fines del mes de septiembre y comienzos de octubre pero la gran actividad solar registrada la pasada semana adelantó los hechos.
Este satélite se encuentra en órbita desde el año 1991 y su función fue medir los niveles de ozono, la energía solar y el viento y temperatura de la estratósfera.